El asedio y la tensión que sufre el Poder Judicial de la Federación, por la reforma constitucional que pretende aprobar Morena en septiembre próximo, provocaron ayer un choque de posiciones entre ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En la sesión privada que tuvo lugar ayer entre los 11 ministros que integran el pleno, la reunión transcurría normal, revisando asuntos y temas pendientes, cuando la ministra Yasmín Esquivel Mossa puso sobre la mesa el tema de la falta de comunicación con los otros dos poderes, y culpó a la presidenta Norma Piña de ser la causante de que no hubiera diálogo político ni con la Presidencia de la República ni con el Poder Legislativo.
De acuerdo con fuentes de la Corte, a la queja de la ministra Esquivel se sumó solamente el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena diciendo que debían analizarse opciones y decisiones que permitieran retomar los canales de comunicación con los otros poderes, que sólo existían de manera individual por parte de algunos ministros, pero no de manera institucional desde la Presidencia de la Corte. La tensión se sintió en ese momento en el pleno, ante lo que, sin decirlo abiertamente, sugerían Esquivel y Ortiz Mena: que la responsable de que quisieran avasallar al Poder Judicial y desaparecer a los actuales ministros, magistrados y jueces, era la ministra presidenta, por lo que, sin expresarlo claramente, sugerían que se hiciera a un lado para dar paso a una nueva presidencia que pudiera retomar el diálogo político.
Ningún otro ministro o ministra secundó el argumento de los dos que habían abierto el tema, aun cuando algunos asentían con la cabeza, pero, según las fuentes, no se atrevieron a hablar. Fue la propia Norma Piña la que tomó la palabra y encaró los señalamientos de sus compañeros que la acusaban de que por ella se había cancelado la comunicación y el diálogo político con el Ejecutivo y el Legislativo. La ministra dijo que sí había varios oficios e intentos hechos desde su oficina para entablar un diálogo tanto con la Presidencia, como con el Legislativo, pero que eso no era todo y que había otras motivaciones políticas de las que ella no iba a hablar.
Reconoció que ella sabía que podía ser removida, pero se dijo tranquila “porque yo estoy haciendo lo mío, lo que me corresponde”. Por un momento el tema se interrumpió para dar paso a otros puntos de la agenda, pero la tensión de los señalamientos siguió en el ambiente hasta que más adelante, casi al final de la sesión privada, la ministra Lenia Batres volvió a tocar el tema para hacer una especie de deslinde de los trascendidos que la ubican como parte de un bloque que busca remover a la actual presidenta y permanecer en la Corte como parte de un esquema gradual de aplicación de la reforma.
Batres aclaró que ella sólo hablaba por ella misma y que no se trataba de “andar en intrigas palaciegas”; se quejó de que otros estaban usando su nombre y reiteró que sus posiciones personales sobre la reforma judicial sólo las expresa ella y nadie más. Fue en ese momento cuando intervino la ministra Margarita Ríos Farjat que se puso del lado de la ministra presidenta. Aseguró que Norma Piña llevaba meses sugiriendo varias estrategias sin que hubiera respuesta de otros ministros, pero que ahora que se planteaba el tema y que algunos ministros decían tener canales de comunicación individuales con el gobierno y el Poder Legislativo, pues era el momento de ponerlos “al servicio de la causa institucional”. Si eso no funciona, dijo la ministra Ríos, pues volvamos a platicar porque en este momento había mucho por hacer como para meterse en problemas y divisiones internas.
Hubo otras dos intervenciones de la ministra Yasmín Esquivel que insistía en su punto de desbloquear los canales de comunicación y diálogo, insistiendo en que el problema estaba en la presidencia de la Corte y sugiriendo, sin decirlo directamente, el relevo de la ministra presidenta. Piña volvió a responderle en ambas ocasiones y, sin alterarse, según narran las fuentes, comentó que sí podían hacerse muchas cosas para defender las posiciones del Poder Judicial ante los otros poderes, aunque ella dijo “estar muy tranquila y sepan que estamos trabajando muchísimo y que ahora que decidimos salir a expresar nuestros puntos de vista, pues vamos viendo”.
Al final de la reunión privada el tema quedó solo como uno más de los que se trataron y lo que parecía ser un intento de pedir un cambio en la presidencia de la Corte, quedó sólo expresado por los ministros Esquivel Mosa y Gutiérrez Ortiz Mena, sin que la mayoría se haya sumado al planteamiento y más bien el resto de los ministros prefirieron ser cautos y guardar silencio ante el choque que, de manera tranquila, pero al final directa, tuvo lugar ayer entre los ministros del pleno.