El descubrimiento de estas dos especies desconocidas se reportó de inmediato a las revistas especializadas en flora, y sus equipos de botánicos revisaron los datos para corroborarlos y evitar una confusión. No hubo tal y el asunto fue documentado en dos publicaciones dedicadas específicamente a la divulgación científica.
Las especies fueron bautizadas por Alma Patricia y Gonzalo Castillo (investigador del Instituto de Ecología y director de la tesis de Bautista) como Hoffmannia rzedowskiana y Hoffmannia arqueonervosa.
La primera, descubierta en la zona de Uxpanapa, hacia el sur de Veracruz, fue llamada así por el botánico Jerzy Rzedowski, de quien procedieron observaciones muy pertinentes para que sus estudios fuesen tomados en cuenta. La segunda, encontrada en las faldas del Cofre de Perote, recibió su nombre por la forma arqueada de las nervaduras en sus hojas.
Este conjunto de tareas fue registrado por Alma Patricia en su tesis, presentada en 2012, aunque los artículos –de los que es coautora, al lado de Castillo– han sido publicados recientemente, en 2014.
Al comentar acerca de la trascendencia que reviste el descubrimiento de nuevas plantas, Bautista indicó que nunca es suficiente todo lo investigado y que existe una enorme cantidad a la espera de ser descubiertas y analizadas.
“El problema es que hay que buscarlas en lugares de difícil acceso, alejadas de las poblaciones, y para llegar allí se requiere de equipo especial. Pero lo curioso de estos casos es que las especies descubiertas estaban cerca de nosotros. De hecho, la Hoffmannia rzedowskiana estuvo siempre a la mano, aunque se le confundía con otra que ya estaba suficientemente descrita. A nosotros nos correspondió descubrir esas diferencias.”
Por desgracia, la botánica y los estudios taxonómicos se encuentran al margen de las tendencias actuales entre los estudiantes. “Lo que les llama la atención es la biotecnología, el laboratorismo y las manipulaciones genéticas. Entre los estudiantes de mi generación, sólo yo realicé estudios florísticos y enfocados totalmente hacia la botánica”.
Bautista añadió que “este desinterés se debe fundamentalmente a que la investigación exige intensos esfuerzos en las labores de campo, muchas jornadas a la intemperie, caminar sobre lodo o tierra suelta y padecer las incomodidades propias de ello. Después, es necesario pasar muchas horas ante el microscopio, redactar descripciones y realizar un enorme volumen de tareas correlacionadas. Llega un momento en que, por mucho que nos apasione, hay que tomar suficiente respiro”.
Los artículos que describen los descubrimientos de Alma Patricia Bautista y Gonzalo Castillo pueden consultarse en las siguientes ligas: http://www1.inecol.edu.mx/abm/articulos/Acta%20108%20(39-49).pdf y http://www.journals.unam.mx/index.php/bio/article/view/34433/38207
Cabe mencionar que Alma Patricia se desempeña actualmente en el Instituto de Ecología, en el área de Biodiversidad y Sistemática.