- Son afectados en su salud mental, incluso desencadenan conductas antisociales
Agencias
Xalapa
Niños, niñas y adolescentes que son expuestos a la violencia animal, son afectados en su salud mental, incluso desencadenan conductas antisociales en su vida adulta y podrían convertirse en generadores de maltrato hacía sus semejantes, indicó el Doctor en Investigaciones Cerebrales, Laboratorio de Neurobiología de la Conducta, Instituto de Investigaciones Cerebrales, Universidad Veracruzana (UV) Rodrigo Ramírez Rodríguez.
Refirió que, en 1997, los investigadores: Frank Ascione, Claudia V. Weber y David S. Wood publicaron un estudio de mujeres maltratadas en Utah, de Estados Unidos, y encontraron que hay una relación entre el abuso hacia los animales y la violencia doméstica.
Estas investigaciones refieren “que la violencia animal afecta en la salud mental. Aun no se sabe qué ocurre a nivel cerebral, pero si se ha registrado el desarrollo de psicopatologías, por ejemplo, los rasgos de insensibilidad emocional en niños que fueron expuestos a violencia animal”.
“Los niños que son expuestos a esos eventos adversos por exposición de violencia animal, tienen el riesgo de desarrollar psicopatía” dijo el Doctor.
A esto se le agrega que los menores de edad pueden experimentar diferentes emociones, porque si maltratan a su mascota registrará la violencia de una forma, pero si desconoce a la víctima tendrá otra reacción.
“Una cosa es ver la violencia contra mi mascota con la que tengo un vínculo afectivo, es un efecto muy diferente a que maltraten a un animal que yo no conozco, con el que no tengo un vínculo afectivo, eso pasa todos los días y hay niños a los que no les pasa nada porque a lo mejor no tienen ningún vínculo afectivo con ellos”.
Finalmente comentó que la violencia hacia los perros a través de peleas clandestinas es compleja y tiene diferentes aristas, sin embargo, las investigaciones refieren que causan daños a la salud mental.
“No hay explicaciones causales ni deterministas. ¿Deberían prohibirse? Alguien moralista dirá que sí, pero culturalmente se permite. Nada está bien y nada está mal todo depende cómo lo veas. ¿Impacta en la salud mental? Si puede impactar, pero no en todos, y depende el contexto ¿De quién es el animal maltratado? ¿Es mi mascota o no?” finalizó.
Por su parte, la coordinadora del Proyecto Acciones para el Respeto y Protección Animal (ARPA), Lourdes Jiménez Mora advirtió que, de no prevenir el maltrato animal desde las infancias, y permitirles que visualicen peleas de perros, en la edad adulta perderán la sensibilidad y empatía hacia la vida.