23 de Noviembre de 2024

MIOCARDIO / ¿Quién les hablará a 26 millones de jóvenes? / CLAUDIO OCHOA

 

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Si nada extraño sucede, ya tenemos a los tres personajes que estarán en la boleta presidencial rumbo al 2024. Xóchitl Gálvez, con la alianza PRI-PAN-PRD, Claudia Sheinbaum, con la alianza Morena-PVEM-PT y finalmente Samuel García, en solitario con Movimiento Ciudadano. A diferencia de este último, las dos primeras duraron tres meses violando la ley con una campaña electoral anticipada, pero ninguna parece haber aprovechado salir antes en la carrera para conectar con uno de los sectores más importantes del padrón electoral: los jóvenes.

Para la elaboración de esta columna revisé la numeraria del proceso electoral federal y local 2023-2024 del Instituto Nacional Electoral. Los datos más recientes indican que el país tiene una lista nominal de 97 millones 489 mil 233 ciudadanos, es decir el mismo número de personas que tienen una credencial del INE lista en la cartera para ir a votar.

De ese total, 26 millones 219 mil 399 son jóvenes y se divide de la siguiente manera. Hay 3 millones 852 mil 201 personas de 18 a 19 años. Hay 11 millones 280 mil 761 personas de 20 a 24 años. Y finalmente hay 11 millones 86 mil 437 personas de 25 a 29 años.

Si alguno de los tres candidatos lograra endulzar el oído de este sector, tendría la elección prácticamente en la bolsa, pero no es nada sencillo. Para tratar de entender mejor el fenómeno busqué a la doctora Celia Palacios. Ella es profesora del posgrado en Geografía y Coordinadora de la Sección Política Gobierno y Ciudadanía del Atlas Nacional de México en la UNAM.

La doctora destaca que los votantes de primera vez en 2024, y que además tengan entre 18 y 21 años, generalmente son poco interesados en la política y en las elecciones, tradicionalmente su participación ha sido menor que la del resto de la población. Explica que el número de estos difiere a partir de su entorno socio-territorial determinado por su domicilio. Por ejemplo: en áreas rurales o urbanas. En general la población que se concentra en las periferias de las grandes ciudades suele participar menos y a eso hay que sumar que esta población se enfrenta a problemas económicos y sociales que hacen no considerar prioritario ir a votar.

En el caso de Samuel García, que en distintos discursos ha presumido su juventud y estar cerca de esa población, no existe un mensaje sólido de atracción. Usar las redes sociales no significa conectar efectivamente con los nuevos votantes. Tener 35 años no es un imán automático. Ya veremos si alguien logra conectar con las preocupaciones de 26 millones de jóvenes.