Serguei Chernishov, profesor en Novosibirsk, muy lejos de Europa, “agente del extranjero” y por lo tanto mal visto por las autoridades, ofreció el 14 de octubre un diagnóstico terrible. Alguien pregunta cómo vive el pueblo ruso la guerra contra Ucrania, él contesta que no tiene nada que perder y mucho que ganar. Se burla de los occidentales que creen que la gente del pueblo sufre por las sanciones contra Rusia, las restricciones de las libertades y la movilización de los hijos, hermanos, esposos. Sometido a una propaganda sin alternativa, ve en la guerra un medio para enriquecerse y volverse respetable.
¿Cómo? S. Chernishov, que no es moscovita sino siberiano, conoce bien a su pueblo porque creció en el suburbio proletario de una gran ciudad donde viven todavía sus padres. Evoca la presencia en los funerales del sobrino del “Anciano”, el buen cacique de la calle. El joven había sido movilizado en primavera de 2023, había peleado seis meses, pasó unos días de permiso en su casa, y, al regresar al frente, cayó bajo las balas ucranianas; regresó en un ataúd de zinc. “En nuestra calle vive también un “héroe de guerra” que regresó sano y salvo. Cumulaba la doble función de miembro de la milicia Wagner y de ratero empedernido. Salió de la cárcel, combatió y ahora luce su medalla y anda en un coche nuevecito. Lleva a sus padres al mar y ellos dicen que lloraron de orgullo”.
Cuando él escucha a los “expertos” occidentales anunciar que el pueblo ruso se va a levantar porque sufre demasiado en la guerra, se burla amargamente: “Si uno piensa que las dos terceras partes de la población forman el “pueblo ruso”, tiene que constatar que no ha perdido nada (de lo que mencionan los expertos), porque no tenía nada. Nunca fue al teatro así que no se da cuenta que los mejores directores emigraron. “¿Qué le importa no poder viajar al extranjero? No tiene pasaporte y tampoco los recursos. ¿Cuál separación de las familias? Nadie huyó a Georgia, Lituania, Kazakhistán.
No perdió nada y ganó mucho. “Increíble lo que ha ganado, para empezar, dinero, muchísimo dinero. Ciertamente decenas de millares de soldados no han regresado”. Pero la familia del muerto recibe el equivalente de 60,000 US. Y los que regresan “llegan con millones de rublos. Un hombre regresó con tres millones que dilapidó en diez días con sus amigos. Trescientos mil rublos al día, alcohol y prostitutas a voluntad incluidos. Los que tienen una familia van al mar, compran un departamento, un carro nuevo”.