Juan David Castilla
En las últimas semanas aumentaron los casos de familias centroamericanas y sudamericanas que huyeron de sus países de origen por la escalada de violencia y que se han quedado “atoradas” en el estado de Veracruz.
Una familia de Quito, la capital de Ecuador, salió de su país con dirección hacia Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida.
Sin embargo, llegaron a la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz, y ya no pudieron continuar su camino por falta de recursos económicos.
Ellos abandonaron Ecuador hace dos meses por el aumento en los hechos violentos y las condiciones de extrema pobreza en las que vivían.
Durante su trayecto han enfrentado condiciones adversas, sobre todo relacionadas con la extorsión y el acoso por parte de bandas delictivas o agentes migratorios.
Jefferson Navarrete, de 26 años, llegó a Xalapa con su esposa e hija. Pisaron territorio mexicano desde hace un mes tras huir de la violencia en su país por parte del grupo criminal “Los Lobos”.
"Sufrimos un atentado en Ecuador, ahora está un poco inseguro y la economía es mala. No teníamos planeado salir de ahí, pero así pasó y ahora estamos aquí, hemos avanzado poco a poco. Yo me junte con la esposa de uno de ese grupo que ahorita es muy famoso haya por la guerra que se vive y preferimos huir".
Él y su familia lograron llegar a Matamoros, Tamaulipas, casi en la frontera con Estados Unidos, pero fueron "atrapados" por Migración.
"No todas las personas de migración son malas, pero algunas piden dinero y te extorsionan. Nosotros estuvimos arriba en Matamoros, pero migración nos trató como delincuentes, nos quitó nuestras pertenencias, teléfonos, todo", acusó.
En Xalapa piden limosnas para poder costear su transporte y seguir su camino hacia el país vecino.
Jefferson y su esposa llevan una pancarta que muestran en la zona centro de Xalapa, con el mensaje: “ayúdame con una moneda, soy migrante de Ecuador".