Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Unos zapatos viejos y con un dedo de fuera, las calcetas chorrientas y ropa sin lavar en varios días, vestía Fanny. Sostenía una docena de rosas en su mano derecha y una decena de llaveros en la izquierda. Con mirada tierna y despampanante se acercaba y rogaba a los paseantes para que le compraran un artículo.
Su sonrisa cautivaba a las personas, pero muy pocas le hacían el gasto. Su mercado meta: los restaurantes y cafés que se encuentran en el centro de la ciudad. Aunque afirmaba que sus padres estaban cerca, nunca se les vio en el lugar.
Fanny, a sus cuatro años, es una de tantos menores que no tienen acceso a una vida digna y son obligados a laborar diariamente. No tiene la oportunidad de ir a la escuela y cada día que transcurre su futuro es más incierto.
El maltrato, el abandono y la explotación laboral de niñas y niños continúan en aumento en la capital del estado; aunque se han incrementado los operativos y las acciones gubernamentales, el problema aún es una realidad y no ha sido atendido de fondo.
En los últimos meses, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Xalapa detectó a más de 55 menores trabajando en algunas calles y avenidas de la ciudad.
Sin embargo, hasta el momento las autoridades, tanto estatales como municipales, desconocen la cifra exacta de infantes que se encuentran en esa situación, lo que ha impedido la solución del problema.
PADRES EXPLOTAN A SUS HIJOS
Desconsolados, hambrientos y en precarias condiciones de salud, los pequeños son obligados por sus padres a limpiar parabrisas o vender chicles, chicharrones, esquites, rosas, llaveros u otras chácharas para que contribuyan a cubrir los gastos del hogar.
En el crucero de la avenida Lázaro Cárdenas, a la altura de La Araucaria, se observa a pequeños que -con aspecto foráneo- ofertan mercancía diversa a los automovilistas que circulan por la zona.
Lo mismo sucede en las avenidas Ruiz Cortines, Xalapa, Murillo Vidal y en algunas calles del Centro Histórico de la Atenas Veracruzana.
Además, en el parque Benito Juárez el número de niñas y niños vendedores de rosas también ha ido en aumento. Menores de cuatro o cinco años son obligados por sus progenitores a vender determinada mercancía, reconocieron autoridades municipales.
Son utilizados, amenazados, engañados, por lo que sus derechos y garantías individuales son violentados.
Los mismos padres les hacen creer que a lo que son obligados es algo normal dentro de la sociedad y lo único que les importa es ganar unos pesos más para llevar el pan al hogar.
ESCASOS RECURSOS, PRINCIPAL CAUSA
A decir del director del DIF municipal, Adolfo Toss Capistrán, dicha problemática se deriva de la desintegración familiar y la falta de oportunidades laborales y educativas, otras dificultades que también van a la alza.
Reconoció que el problema debe atenderse de manera coordinada entre los gobiernos estatal y municipal para otorgar empleo y oportunidades educativas a las familias xalapeñas.
Cuando se detecta a los menores que laboran en la vía pública se busca el acercamiento con sus padres para exhortarlos a que omitan dicha actividad.
También se efectúan las gestiones necesarias para que el padre de familia consiga empleo y los menores jamás tengan que volver a trabajar.
“Hemos atendido aproximadamente a 50 o 55 niños, es un problema que tiene que atenderse de manera integral, porque a lo mejor nosotros lo extraemos de la situación por una semana, 15 días o hasta permanentemente en lo mejor de los casos. Normalmente son niños que no van a la escuela y nunca ha tenido la oportunidad”, agregó.
EXPLOTACIÓN INFANTIL EN EL ESTADO
De acuerdo con el módulo de trabajo infantil de la Secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSP), en la entidad hay más de 208 mil niñas y niños que laboran, situación que ubica a Veracruz en uno de los primeros lugares a nivel nacional en cuanto a trabajo infantil.
Sin embargo, la cifra exacta también se desconoce y la mayoría de ellos labora en condiciones deplorables, pues en ocasiones las herramientas o los utensilios podrían lesionarlos gravemente.
El problema se percibe de manera significativa en Xalapa y a la fecha se desconoce la magnitud del mismo.
Por su parte, la procuradora de la Defensa del Menor, la Familia y el Indígena, Adelina Trujillo Landa, dio a conocer que diariamente se pueden detectar más de 100 menores trabajadores.
Asimismo, refirió que la mayoría de los pequeños, proviene de los estados de Chiapas, Puebla y Oaxaca, principalmente de las zonas indígenas.
Sin embargo, la funcionaria estatal negó que los infantes hayan sido víctimas de una red de trata de personas.
Subrayó que las personas abandonan sus comunidades para buscar mejores oportunidades laborales.
“En Mitontic no son más de 300 o 500 habitantes, es lo que ellos comentan: somos muy poquitos, nos organizamos, juntamos dinero y venimos, porque aquí nuestras pulseras, aquí nos dan un poco más por nuestras artesanías, de lo que las vendemos allá (Chiapas)”, afirmó.
FALTAN MECANISMOS DE DEFENSA
No obstante, a decir del director de Matraca A. C., Arturo Narváez Aguilera, en la entidad veracruzana se requiere de una protección especial de la infancia, toda vez que aunque existen las leyes para su defensa, éstas no se articulan.
Se requiere un sistema de protección donde participe la Federación, los estados y los municipios.
“Todos los esfuerzos son desarticulados, cada institución va haciendo lo que su responsabilidad le genera; sin embargo, eso no se está articulando en un sistema que brinde todos los derechos al mismo tiempo para la infancia, que es lo que marca la Convención de los Derechos de la Infancia”, puntualizó.
La Convención de los Derechos de la Infancia también define que las niñas y los niños deben tener salud, educación, vivienda, derecho a una familia, derecho a no vivir violencia, derecho a la recreación, por lo que la explotación laboral infantil incumple lo establecido.
SE EXPANDE EL FENÓMENO
A juicio del integrante de Matraca A. C., Efrén Jiménez Rojas, el problema de menores en situación de calle no sólo se presenta en el centro de la Atenas Veracruzana sino que se ha expandido a colonias que se encuentran en la periferia de la ciudad.
“Las poblaciones se van descentralizando. Ahora el problema se presenta al noreste de la ciudad, en las colonias Revolución, Carolino Anaya y atrás de Plaza Crystal. También en el bulevar Xalapa-Banderilla ahora hay limpiaparabrisas, vendedores o tragafuegos”, expresó.
Por tal motivo, es necesaria la creación de políticas públicas más eficientes que realmente hagan frente a esta problemática, toda vez que aún muchos menores sufren violaciones a sus derechos mientras intentan vender su mercancía o realizar otras actividades para adquirir dinero.