La cultura jarocha es un gran atractivo para el mercado de reuniones. La amabilidad y hospitalidad de los veracruzanos, las bellezas naturales a lo largo y ancho del Estado, y la comunicación aérea y carretera, hacen de la entidad un sitio ideal para la actividad de la llamada industria sin chimeneas.
México tiene cinco ciudades que captan el grueso del turismo nacional e internacional: Veracruz, Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Cancún-Playa del Carmen, y es el Estado que opera y recibe al 95 por ciento del mercado nacional, de acuerdo con la SECTUR.
El estado de Quintana Roo, con Cancún y Playa del Carmen, lideran la llegada de turistas extranjeros, pero su actividad con el turismo nacional es de 30 por ciento del total de su operatividad.
Con espacios óptimos e infraestructura para atender al turismo de reuniones situados en Veracruz-Boca del Río, Tuxpan y Coatzacoalcos, el Estado despliega un potencial creciente que cada día cautiva a nuevos mercados.
La conurbación Veracruz-Boca del Río dispone de tres mil habitaciones de hotel, de las cuales dos mil 500 están certificadas para brindar atención y servicios a los usuarios de reuniones.
Además, con un aeropuerto internacional que recibe vuelos diarios de 36 destinos nacionales e internacionales, autopistas que lo conectan en pocas horas con el centro y sur-sureste, la conectividad es ágil y permite intercomunicación dinámica con el resto del país y del mundo.
El siguiente nicho de mercado por atraer son los congresos y convenciones que pueden surgir en el sur de Texas, en los Estados Unidos, debido ese nuevo vínculo comercial que surge: el energético. El Gobierno del Estado ya enfoca sus baterías para conquistarlo.
