- De acuerdo con los datos de transparencia de 2010 a 2024, el estado ha acumulado diez denuncias por comercialización ilegal y tres por posesión ilegal de productos pesqueros.
AVC
Xalapa, Ver.
Veracruz ha acumulado 225 denuncias por pesca y comercialización ilegal de especies marinas en los últimos años. Solo entre 2023 y 2024 se registraron 24 denuncias por captura ilegal, según datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
De acuerdo con los datos de transparencia de 2010 a 2024, el estado ha acumulado diez denuncias por comercialización ilegal y tres por posesión ilegal de productos pesqueros.
En diciembre pasado, Conapesca logró asegurar 1,565.7 toneladas de producto pesquero y 214,052 piezas de diversas especies marinas entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2024, en varios estados, incluido Veracruz.
Según Conapesca, se estima que la pesca ilegal representa el 40% del total de las capturas en el país.
Este delito se clasifica en tres categorías: la pesca ilegal, realizada por embarcaciones nacionales o extranjeras sin permiso, contraviniendo las regulaciones de las organizaciones regionales de manejo pesquero, las leyes nacionales y las obligaciones internacionales; la pesca no declarada, que incluye todas las capturas no registradas o mal reportadas ante las autoridades nacionales u organizaciones regionales; y la pesca no reglamentada, realizada en áreas donde no existen medidas de manejo o donde las prácticas no cumplen con las disposiciones de las organizaciones regionales.
La pesca ilegal no solo pone en riesgo los ecosistemas marinos, sino que también distorsiona la información vital para las autoridades encargadas de regular la actividad pesquera. Al no respetarse las normativas establecidas, se extraen cantidades excesivas de pescado, se utilizan artes de pesca prohibidas y se omiten períodos de veda o tallas mínimas, lo que afecta la salud de las poblaciones de peces y las estrategias de manejo sostenible de los recursos.
Un estudio de la organización Oceana señala que el principal problema de la pesca ilegal es la falta de información precisa sobre el volumen real de las capturas y la situación de cada especie. Sin datos confiables, las autoridades no pueden tomar decisiones informadas para preservar los stocks pesqueros y garantizar que las pesquerías se mantengan a niveles adecuados, asegurando su sostenibilidad a largo plazo.
Además, la pesca ilegal tiene consecuencias graves para las comunidades pesqueras que cumplen con las normativas. Para muchas de estas comunidades, la pesca es más que una actividad económica; es una forma de vida que depende directamente de la disponibilidad de recursos marinos. Si los stocks disminuyen debido a la pesca ilegal, los pescadores que respetan las regulaciones pierden su fuente de ingresos, lo que afecta su bienestar económico y social.
La sobreexplotación derivada de la pesca ilegal amenaza la abundancia de especies y puede llevar al colapso de las pesquerías locales. Esto genera creciente incertidumbre sobre el futuro económico de las comunidades pesqueras legales, mientras que la pesca ilegal sigue dificultando el manejo adecuado y sostenible de los recursos marinos.