“El chapo está en la orilla, se ha muerto la jaiba y el ostión y nosotros también necesitamos trabajar para comer” manifestó Cenobio Leo Cervantes, pescador de esta zona, a los representantes de PEMEX, quienes dijeron desconocer la situación y se comprometieron a trasladarse a esas comunidades para tomar cuenta de los hechos.
Mientras tanto decenas de familias que dependen de la pesca de camarón y captura tanto de ostión como de jaiba, especies que se han extinguido a causa del derrame de crudo y de la contaminación del cuerpo de agua, se las tienen que ingeniar para llevar el sustento a casa, puesto que esa situación ha mermado la economía de sus hogares.