Me parece vergonzoso, triste y cruel, la respuesta que se ha dado por un grosor de la sociedad a la muerte del Magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo, quien fue hallado sin vida junto a su pareja Dorian Daniel Nieves Herrera en su domicilio del fraccionamiento Punta del Cielo, en Aguascalientes el pasado lunes 13 de noviembre.
El calificativo de vergonzoso realmente creo que ni alcanza, pues nos quieren hacer creer que el hecho lo propiciaron ellos mismos, y que según, Doria, asesinó con una navaja de afeitar a Jesús. Válgame, Dios, ¿quién podría creer eso? Según la fiscalía de Aguascalientes, no hay terceros implicados. Lo peor no es ese cuento, para cerrar el caso y no tener que rascar sobre el hecho. Lo terrible es como un grosor de la opinión pública en lugar de indignarse, en redes, se lee todo tipo de burlas ante el caso. El Magistrade era un ser humano como cualquier otro, que merece justicia y respeto. Un profesional que dio representatividad a las personas no binarias, quienes nunca habían visto a una persona similar exitosa, con una vida pública rica. Su trabajo como activista lo llevó a abrir caminos. Un brillante abogado de 38 años, quien fue el primero en recibir un pasaporte no binario en este país. Doctor en Derecho, recibió discriminación desde pequeño, pero que no descansó y trabajó para llegar al Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes y después conseguir el cargo más alto: la magistratura.
Si la justicia no alcanza este caso, todos seremos parte de la vergüenza.
Mientras tanto, otra pena ajena, la hemos vivido, al enterarnos que Marcelo Ebrard, después de hacer un mini berrinche al no ser elegido como candidato presidencial de su partido, Morena, decide quedarse en el partido, y no cumplir su amenaza de deserción, ah, pero eso sí, anunciando que lo seguirá intentando y que para el 2030, seguro ahora sí lo logra. Según, porque negoció con Claudia Sheinbaum su permanencia y no piensa tirar 24 años de vida política a la basura y que él siempre se moverá con gratitud y lealtad, además de que su permanencia fue resultado del reconocimiento de que hubo irregularidades en el proceso, la garantía de que su círculo político tendrá espacio en las candidaturas de 2024 y en los órganos de dirección del Comité Ejecutivo Nacional, traducido a lenguaje coloquial: todo por unos cuantos huesos.
Yo me pregunto, ¿no la tiró ya? ¿Qué estás pensando Marcelo, les volviste a creer sus promesas? Te volvieron a dar atole con el dedo. Parecía un político con carácter, pero ya vimos que no, que no hay de eso en tu figura y si vemos todo este teatro desde el lado amable, pues, que bueno que no fuiste elegido, porque ya nos demostraste que sigues a los pies del gran Tlatoani. Las redes han estado encendidas, y obvio las opiniones polarizadas, aunque lo que se ve (como decía Juan Gabriel) no se pregunta. Y las cosas en Morena se hacen tal cual quiere Don Andrés y no hay de otra.
¿A dónde vamos a parar?