Trascendió que la mayoría de los pescadores afectados, ante el silencio y los largos plazos, ya habían determinado tomar las instalaciones de PEMEX en Poza Rica, pero el Munícipe tamiahuense intervino para que esto no sucediera y se pudiera continuar por la vía del diálogo.
Lo cierto es que la desesperanza y la desconfianza se apoderan de quienes han visto afectado durante años su patrimonio, la laguna de Tamiahua, sin que los responsables hagan nada por resarcir el daño ecológico que pone en riesgo la actividad pesquera e indemnizar a quienes dependen de ella para llevar el sustento a miles de familias.
Los pescadores esperan que en esta ocasión no suceda así, que la larga espera valga la pena y PEMEX afronte responsablemente los hechos, pues las pruebas están al descubierto, aunado a que los sedimentos de hidrocarburo aún se encuentran en el fondo en la zona de Majahual, donde se registró el mayor daño, aunque la laguna también ha resentido los efectos de la contaminación, motivo por el cual la producción ha disminuido de manera considerable.