Lo cierto es, que en muchas ocasiones, los hombres de mar se ven limitados por la variación en los precios de sus productos, los cuales desgraciadamente en las mayorías de las veces los dejan en desventaja, ante los permisionarios o sociedades cooperativas, que son los que ponen el precio de los productos, por lo que en ocasiones, los pescadores se ven obligados a venderlos de manera directa con el cliente o a quienes se dedican de manera minoritaria a la venta de marisco.