“La situación cada vez está más difícil, no hay obra y cuando se logra, las pocas empresas llegan a solicitar crédito; teníamos esperanza en la construcción de la autopista Cardel – Totomoxtle, pero ya estamos en agosto y no vemos que el Gobierno se ponga las pilas”, dijo.
Señala que en el caso de la autopista, aunque no ha iniciado, el contrato lo logró un sindicato estatal, luego de aceptar reducir la tarifa por acarreos de material en un 50 por ciento, lo que impacta al resto de los sindicatos y sus afiliados, en virtud de que tendrían que reducir sus ganancias para poder trabajar, a costa del deterioro de las unidades.
Por tal motivo, el 75 por ciento de sus agremiados han salido de Veracruz a ciudades como Monterrey, Puebla o el Estado de México a buscar nuevas oportunidades, aunque en algunos casos les han robado camiones o no logran recuperar sus inversiones.
Cada camión llega a costar entre 300 y 400 mil pesos o más, dependiendo el modelo, además de que tienen una limitada vida útil por el tipo de labor que desempeñan, por lo que advierten que no es posible regalar su trabajo a cambio de un contrato, que como sucedió en el caso del muro de contención en el río Cazones, uno de los contratistas desapareció sin liquidar su adeudo.