-Busca por todos los medios despojar a decenas de locatarios de su único patrimonio
DE LA REDACCIÓN
Arropado por la impunidad que impera en el Juzgado Federal y civiles de esta ciudad, el autonombrado dueño del Mercado “Poza Rica”, Candelario García Urbina, busca por todos los medios despojar a decenas de locatarios de su único patrimonio, generando con ello desestabilidad entre los agremiados a la Unión de Comerciantes y llevando a la quiebra al centro de abasto.
Hasta el momento se han concretado seis órdenes de desalojo, emitidas por el titular del Juzgado Cuarto de Primera Instancia de esta ciudad, Gustavo Beristáin Bazán, quien al parecer actúa en contubernio con García Urbina.
Los locatarios del mercado afirman que Candelario García Urbina ha ganado cada uno de los casos con base en engaños e ilegalidad, ya que asegura que cuenta con una fe de hechos que lo ostenta como titular de la hipoteca por el predio en donde se construyó el mercado, pese a que dicho documento no tiene peso legal; al ser apoyado por el Juez, ha despojado a los comerciantes de sus locales.
Por si esto fuera poco, ha demandado a personas fallecidas y a quienes no guardan ninguna relación con el mercado; con este esquema se ha encargado de exigir el pago de la deuda millonaria, o de lo contrario, amenaza a los locatarios con quitarles su lugar de trabajo.
Aunque los comerciantes han interpuesto demandas en contra de Candelario García Urbina ante el juzgado Federal, éstas no proceden y son desestimadas por su cómplice Gustavo Beristáin Bazán, quien se ve muy beneficiado del asunto que embarga a más de 800 locatarios del citado mercado.
Recientemente, Candelario García Urbina, bajo la protección del Juzgado Cuarto de Primera Instancia, intentó desalojar el local número 73 del mercado, un hecho que enardeció a los comerciantes y que provocó una movilización para evitar que el despojo se llevara a cabo.
El problema legal en el mercado inició en el año de 1990, cuando los comerciantes comenzaron a tramitar sus escrituras ante las autoridades; sin embargo, fue justamente en el 2006 cuando apareció Candelario García Urbina como el supuesto dueño del predio.