Esta cabalgata como muchas otras, lleva la finalidad de divertirse en un ambiente sano, toda vez que hombres, mujeres y hasta niños, trotan alegremente escuchando música o platicando sabrosas anécdotas. Cada día la gente se interesa más y más por participar y hay quienes han comprado su yegua o su caballo para acudir puntualmente a los constantes llamados que les hacen de diversos puntos de la región.
Las fiestas patronales son magníficas ocasiones para organizar una buena cabalgata con la infaltable cerveza para el camino y la parte mística de la cabalgata, encomendarse al santo o santa de su devoción y emprender la marcha sobre el noble bruto entre caminos reales y naranjales, aspirando el incomparable olor de los azares.