Explica que una vez terminado el reparto de la tierra han quedado los problemas intrafamiliares, por la falta de previsión y aconseja que quienes no hayan elegido aún a su sucesor, lo hagan cuanto antes, para evitar los terribles conflictos que se suscitan a la muerte del titular, recordando que nadie tiene la vida comprada.
Finalmente, establece que su oficina está abierta de par en par y que le complace atender a las personas porque por desgracia la mayoría difícilmente puede pagar los servicios de un abogado y aquí, dice, los servicios son gratuitos.