Se trata de ordenar el comercio del tianguis y de anotar en el padrón a los comerciantes que efectivamente estén trabajando los espacios para evitar el “coyotaje” que se da en deterioro de los propios tianguistas.
Apuntó que también se trata de reubicar a algunos comercios que invaden banquetas y arroyo peatonal sin afectar sus intereses y para eso se tiene que usar el diálogo franco, para poder resolver los problemas.