- Frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, representantes de los pueblos nahua, otomí, tepehua y huasteco, de Veracruz, le pidieron un compromiso para acabar con la discriminación, racismo, violencia, cacicazgo, falta de justicia y atención en salud, que sufren.
Agencias
Huayacocotla, Ver.- Los pueblos originarios de la región huasteca del norte de Veracruz exigieron el compromiso del gobierno federal para acabar con el abandono en que viven y el reconocimiento de sus derechos colectivos como parte de la nación mexicana.
Frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, el representante del pueblo náhuatl, Emir Hernández Cortés, leyó un comunicado elaborado por los representantes de los pueblos nahua, otomí, tepehua y huasteco, en que demandan atención a la problemática que enfrentan en materia de salud, educación, seguridad, empleo y apoyo al campo, entre otros puntos.
“Señor Presidente, autoridades federales y estatales, como pueden apreciar, son muchas las necesidades que tenemos, muchas porque son resultado de un constante abandono, injusticia, y abuso, y sin embargo a pesar de todo, tenemos esperanza, porque si algo tenemos los pueblos originarios es mucha esperanza, y cuando depositamos la fe, la depositamos con toda entrega”.
Lamentó que aunque son pueblos de paz y la tierra en que viven es fértil y bondadosa, con amplios recursos naturales, viven en la pobreza y enfrentan enfermedades y la migración de sus jóvenes.
“La cultura y la producción en la región se sostienen con hombres y mujeres de edad avanzada, los jóvenes migran y regresan con vicios, caen en la drogadicción y ya no se involucran en el campo, no respetan la comunidad y pierden su cultura y dejan las tradiciones”.
A la par cuestionó que los gobiernos permiten las injusticias y los delitos no se perciben, no se garantiza el derecho a una buena salud, tampoco el acceso a la educación, no se frena el saqueo de los recursos ni se valora su cultura, lengua e identidad.
“Donde se sufre discriminación y racismo, enfrentamos situaciones de violencia. Esta contradicción se explica porque vivimos en una región donde ha habido fuertes cacicazgos”.
Tampoco se apoyan las actividades productivas y los intermediarios abusan y engañan al campesino y se apropian de las ganancias de la venta de sus productos, por lo que pidió al gobierno apoyar la producción de maíz, frijol, chile y calabaza, productos que permiten su autosuficiencia.
“Sufrimos desabasto de maíz y granos básicos debido a la sequía que azotó la región, es urgente un programa de emergencia para frenar la hambruna en las comunidades”.
No obstante también reconoció que estos pueblos han permitido que su cultura y organización comunitaria se debilite, “aceptamos que nos impongan cosas desde afuera, no hemos podido generar empleo para nuestros jóvenes y abandonamos el campo”.
En el listado de demandas que presentaron al gobierno federal, como punto central, está la construcción de clínicas y hospitales, así como el abasto de medicamentos, y la disposición de médicos y enfermeras, que hablen su lengua.
Que se garantice la paz y seguridad en las comunidades, empleo e igualdad entre hombres y mujeres; escuelas con enfoque plurilingüe, mantenimiento a planteles escolares, la apertura de caminos con mano de obra local, internet y el mejoramiento del servicio de energía eléctrica.
También que se reconozca a sus autoridades comunitarias y su competencia para impartir justicia, el reconocimiento de sus médicos tradicionales y prácticas ancestrales, además el organizar, cuidar y distribuir los beneficios de sus tierras y recursos naturales.
“Aquí seguiremos viviendo, esta es nuestra tierra, aquí nos enseñaron a vivir bien y estar en orden con el mundo, pedimos más compromiso y reconocimiento de nuestros derechos, estamos decididos a salir adelante y ponemos nuestras manos y espíritu para lograrlo porque mientras corra sangre en nuestras venas y el corazón siga latiendo, los pueblos originarios seguiremos vivos”.