* Es hora de cortar los racimos de plátanos que se ofrendarán en los altares
Redacción
Naranjos
De acuerdo a la tradición huasteca, el próximo lunes corresponde a una de las festividades populares que se gestan en torno a los días de los Fieles Difuntos y Todos Santos, que cuentan con gran arraigo en poblaciones rurales e indígenas de la región de la Sierra de Otontepec y la Laguna de Tamiahua.
El 18 de octubre, la Iglesia Católica celebra a San Lucas, cuya figura encontró arraigo en el sincretismo derivado de las tradiciones propias de los pueblos tének y la colonización efectuada por los españoles entre los años 1500 y 1800, en torno a la fiesta grane a los difuntos, a los que se rinde culto en todo el país.
El camino inicia el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel, quien –de acuerdo a la costumbre– abre las puertas del cielo a las almas de los fallecidos y es el momento de las primeras cosechas, aunque no es sino hasta el día de San Lucas cuando se deben cortar los racimos de plátanos sazones para que maduren alrededor del 1 de noviembre.
El 18 de octubre es también momento de moler el cacao, con el que se habrá de elaborar el chocolate que se ofrendará en los altares, y de preparar en algunos poblados el tradicional picón, un platillo a base de carne, pipián, chayote, yerbabuena y chile verde, que sólo se elabora en esta época del año.
