24 de Abril de 2024

Recuerdan tumba de enamorados

-Pocos tuxpeños conocen su historia

Por Liz Martínez

Los registros de la historia confirman que la muerte no conoce de límites y fronteras; corría el año de 1875 y dos jóvenes tuxpeños enamorados, una jovencita de 18 años de edad y un noble  plebeyo de 24 años de edad, no pudieron concretar su relación, por lo que hoy yacen sus restos en el antiguo panteón Galeana de esta ciudad sin que se haya dado alguna mejora a sus tumbas.

Se dice que pudo más el egoísmo o la antigua tradición de sus padres de imposición, que su amor, esa situación de oponerse a su enlace matrimonial,  acabó en una tragedia como la novela de William Shakespeare, Romeo y Julieta publicada en 1597, él se ahorcó de un árbol, mientras ella se envenenó al consumir un fuerte raticida adquirido en una botica denominada la “Huaxteca” propiedad del Doctor Zózimo Pérez Castañeda.

Cuenta la historia que César Basáñez y Mercedes Lazo, ambos de familias conocidas y respetadas en Tuxpan, se enamoraron y comenzaron un romance a escondidas de sus padres, lo cual molestó a la familia Lazo que se negó rotundamente a que continuaran su idilio.

Mientras que la familia Lazo provenía de España, hija del señor Manuel Lazo Morales, quien en esos tiempos se dedicaba al comercio, su familia era dueña de una imprenta que se ubicaba en la esquina de Emiliano Zapata y avenida Juárez, donde hoy es una tienda de zapatos y el edificio que era de ellos, actualmente es el hotel Plaza Centro.

En tanto César Basáñez, se dedicada a trabajar en una de las haciendas de su familia, a las afueras de la ciudad y por las tardes llegaba al Puerto para verse con su novia; a pesar que ambos provenían de familias conocidas y respetadas en la sociedad, los Lazo se opusieron a esa relación, por motivos – que de acuerdo a los archivos históricos- sólo ellos sabían.

Imposibilitados para tener una relación formal, ella decidió acudir a la botica “La Huaxteca” y con una receta en la mano pidió que le vendieran un poco de dosis de veneno para ratas, mismo que le fue despachado por un empleado de nombre Miguel Olmos, al cual según la historia, más tarde intentaron encarcelarlo por despachar dicha pócima. Ella se fue a su casa ubicada en lo que hoy es la calle Heroica Veracruz, se encerró en su recamará y se tomó el veneno.

Al tener conocimiento de la muerte de Mercedes Lazo, su enamorado César Basáñez se colgó de un árbol en una de las haciendas de su familia, privándose así de la vida.

La noticia en esa época causó consternación entre la población tuxpeña, ambos fueron sepultados en el panteón viejo conocido hoy como “Galeana, y al paso de los años sus familias edificaron dos criptas iguales donde se aprecian sus nombres “Mercedes Lazo, nacida el 11 de septiembre de 1879, fallecida el 8 de noviembre de 1897” y “César Basáñez, nacido el 19 de noviembre de 1875, fallecido el 8 de noviembre de 1897”.

Hoy al paso de los años, sólo el recuerdo queda grabado en dos lápidas que se encuentran abandonadas, que conforme transcurre el tiempo dan muestra de falta de mantenimiento.

Platican los encargados y trabajadores de ese antiguo campo santo que nunca han visto que alguien acuda a dejarles una flor, ni en el Día del Amor y la Amistad, ni en todos santos. Hoy sólo queda el triste relato - que sólo algunos lo conocen- de esta trágica pero real historia sucedida en esta ciudad casi a finales de 1800.