* La información digitalizada que ha arrojado el proyecto ocupa 60 terabytes
AGENCIA
MÉXICO
Desde su origen, el INAH ha acompañado las obras de infraestructura pública o privada con base en su responsabilidad de investigar y proteger el patrimonio arqueológico que pueda aparecer y ser recuperado.
En el caso del Proyecto Tren Maya, puedo asegurar que, por su dimensión y alcance, se trata de la obra de investigación arqueológica más importante que se ha hecho en la historia del sureste mexicano.
El programa de Salvamento Arqueológico vinculado a la obra ha representado para el INAH una gran tarea de recuperación de la memoria, de nuestro sentido de origen y de una inmensa y valiosa información arqueológica en torno a una de las culturas con mayor trascendencia.
De manera paralela, por instrucción presidencial, estamos llevando a cabo el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), que beneficiará al menos a 26 zonas patrimoniales bajo resguardo del INAH. Sitios que contarán con una mejor infraestructura gracias a la construcción de nuevos Centros de Atención a Visitantes (Catvis), que permitirán atender con mayor solvencia, seguridad y eficiencia a los visitantes cuyo número incrementará.
En materia de salvamento arqueológico, se han intervenido más de 4 mil 500 monumentos de diferente tipo. A la fecha hemos logrado recuperar 708 mil 428 fragmentos de cerámica, que ofrecen información relevante sobre periodos de ocupación, estilos de manufactura, épocas de esplendor o declive, momentos de desarrollo social, e intercambios culturales.
Nuestros arqueólogos han encontrado 463 osamentas humanas, algunas acompañadas de ofrendas, así como mil 541 bienes muebles como ollas, metates, molcajetes, vasijas y elementos de piedra, entre los que destacan 576 vasijas completas, muchas con inscripciones y glifos que nos permiten recuperar información sobre los dignatarios a quienes pertenecieron.
Los datos recopilados alimentarán la investigación regional por lo menos durante las próximas dos décadas. A la fecha, la información digitalizada ocupa cerca de 60 terabytes de almacenamiento que se incorporarán a una gran base de datos que estará disponible, de manera digital, para estudiantes y especialistas.
La colaboración con el Tren Maya ha permitido al INAH habilitar espacios para el estudio, clasificación y restauración de los objetos encontrados en el salvamento arqueológico.
De manera particular destaca el caso del Ateneo Peninsular, emblemático recinto localizado en el centro histórico de Mérida, Yucatán, que hemos rescatado con el objetivo de contar con un espacio cultural donde se pueda acopiar y, eventualmente, exhibir este importante patrimonio recuperado.
Otro espacio en proceso es el Baluarte de San Pedro, en Campeche.
Para garantizar la protección del patrimonio arqueológico localizado a lo largo de la ruta, hemos contado con el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador; el apoyo del Fonatur; de los consorcios constructores y ahora también de la Secretaría de la Defensa Nacional. Juntos hemos encontrado soluciones que han permitido la plena salvaguarda de los tesoros.