- Ciudadanos de Haití, Venezuela, Centroamérica, Cuba y países africanos buscan llegar a la frontera norte
AGENCIAS
MÈXICO
En las primeras 60 horas del 2023, migrantes de diversas nacionalidades han saturado las oficinas del Instituto Nacional de Migración (Inami) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, en busca de trámites y permisos que les permitan salir desde el sur de México y llegar a la frontera norte.
Durante este lunes y martes, los extranjeros abarrotaron la Comar, situada en la colonia Laureles II, una de las más céntricas y populares de la localidad. El número de migrantes llegó a tal grado que inhabilitaron la avenida principal y tuvieron que acudir al punto miembros de la Guardia Nacional y policías viales para mantener el control.
Allí, Víctor Camacho, uno hombre de origen hondureño, auguró días pasados debido a que no hay una organización por parte de los funcionarios federales y de los mismos solicitantes de refugio.
“Aquí hoy atendieron a unas 60 personas, la mayoría de Haití, después dejaron de hacerlo porque comenzaron a empujarse y esto se salió de control, así que se ve muy difícil que salgamos de aquí porque es mucha la gente, deberían de hacer una fila por nacionalidad para que podamos avanzar”, sostuvo.
Al pasar de las horas, funcionarios de la Comar han salido del punto habilitado como oficinas de atención, el mercado de Laureles II, para pedir a las personas que se retiren a sus hogares o despejen la zona, ya que no habrá más atención hasta pronto aviso.
En las inmediaciones de la Estación Migratoria Siglo XXI la situación es la misma. Centenares de migrantes se han apostado en este punto situado al norte de la ciudad para solicitar un permiso de tránsito por el país al Inami, pero debido a la saturación la atención colapsa por varios espacios en el día y avanzan a cuenta gota.
La desesperación por parte de los internacionales ha llegado a tal punto que han bloqueado por varios minutos el acceso a este inmueble federal, en demanda de ayuda y atención. Incluso han impedido que dos guardias migratorios que salieron a patrullar puedan seguir su marcha.
En este punto, niñas, niños y adultos esperan una respuesta, bajo el intenso sol y con carencias de alimentos, agua y un sitio digno para descansar.
Lo mismo ocurre con embarazadas, como es el caso de Rosmery, una venezolana que tiene pronosticado que su hijo nazca el 6 de enero, pero lejos de estar en reposo y sin soportar altas temperaturas, espera junto a su marido y otro hijo de siete años en un fila que ellos mismos han improvisado.
“Yo debería estar ya moviéndome para un hospital, pero me han dicho que si no estoy y llaman para los trámites estaré fuera, así que no tengo más opción señor y aquí me toca estar. Sabrá Dios cómo me va pero que sea su voluntad”, relata.
Según estimaciones del Centro de Dignificación Humana A.C., una organización protectora de migrantes en Tapachula, en la localidad había 60 mil personas varadas para mediados del 2022. La cifra pudo haber disminuido considerablemente para octubre y repuntado de forma intempestiva en el cierre del año e inicios del 2023.
La predicción no fue nada descabellada y en la frontera sur habría miles de migrantes varados en el primer mes del año que inicia, todos en busca de un papel que les dé el pase a la frontera norte, donde tienen que lidiar con otra barrera burocrática y física.