- Sedena, médicos, personal del DIF y CFE acudieron a Jesús María para brindar asistencia a los pobladores
AGENCIAS
MÈXICO
Incomunicados, sin servicios básicos ni luz, los pobladores de la sindicatura de Jesús María, Sinaloa, viven en un sitio que luce como zona de guerra, tres días después de la reaprehensión de Ovidio Guzmán López.
Los vehículos calcinados o destrozados, tanto de pistoleros como de elementos militares, no habían sido retirados la mañana de ayer, mientras que, en carreteras y comisarías, se aprecia la evidencia del “jueves negro”, que permite imaginar la angustia y preocupación de los pobladores.
Los pobladores de Jesús María sufrieron durante dos días angustia, hambre y miedo ante la presencia de los soldados y los pistoleros que se adueñaron de la paz del pueblo.
Para aliviar este escenario bélico, una caravana humanitaria se dirigió a la comunidad para brindar asistencia alimentaria, salud y seguridad a los habitantes.
Por instrucción presidencial, el gobernador Rubén Rocha Moya envió ayuda hacia la sindicatura afectada. La caravana entregó 500 despensas y 70 galones de agua, además de que la Comisión Federal de Electricidad reparará la red para el restablecimiento de la luz.
El gobernador destacó que instituciones como la Cruz Roja, el DIF, el Ejército, la Secretaría de Salud estatal, el Hospital Pediátrico se trasladaron a Jesús María para apoyar a los ciudadanos. En total, participaron 10 médicos.
Pobladores detallaron que los militares no les permitían salir, ni a sus familiares entrar.
“Los aviones no eran de aquí, andaban dos, eran dos avionetas entre grises y negras, se venía tirando desde muy lejos. Hubo un señor afectado al que le quemaron un carro, él no tenía nada que ver y lo afectaron”, dijo un vecino.
En el centro de salud de la comunidad, un gran número de personas asistió para recibir atención médica por crisis de nerviosa y ansiedad que generaron los enfrentamientos.