19 de Septiembre de 2024

Condenan barbarie cultural

Ataques contra monumentos y patrimonio histórico pueden ser considerados "crímenes de guerra": ONU

 

Agencias

 

Nueva York

 

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se unió para condenar la destrucción y saqueo del patrimonio histórico de Irak, perpetrada por el Estado Islámico, y exigir medidas para proteger la herencia cultural en ése y otros países, ante el azote de los yihadistas.

Por unanimidad, los miembros de la ONU aprobaron un texto que, pese a no ser vinculante, deja clara la indignación de la comunidad internacional y la voluntad de frenar en lo posible el problema.

 

"La destrucción del patrimonio cultural, que es representativo de la diversidad de la cultura humana, borra la memoria colectiva de una nación, desestabiliza a las comunidades y amenaza su identidad cultural", señalala Asamblea en la resolución, impulsada por Alemania y el propio Irak.

 

El texto afirma que los ataques intencionados contra monumentos, piezas de arte y otras representaciones del patrimonio pueden ser considerados "crímenes de guerra" y los responsables deben ser perseguidos y llevados ante la Justicia.

 

Aunque la resolución se centra en Irak, la ONU recordó que este tipo de tragedias culturales se vienen repitiendo en otros países como Afganistán, con la emblemática destrucción de las estatuas gigantes de Buda en Bamián; en Mali, donde los yihadistas atacaron monumentos patrimonio de la humanidad en Gao y Tombuctú; o la actual preocupación por las ruinas sirias de Palmira, que cayeron recientemente en manos del Estado Islámico.

 

Ruinas de Palmira, intactas

 

Recientes imágenes de satélite muestran que las espectaculares ruinas de la antigua ciudad de Palmira, en Siria, no presentan nuevos daños a pesar de estar en manos de los militantes del grupo yihadista Estado Islámico.

 

Los arqueólogos de todo el mundo están preocupados por las ruinas, cuyo destino es incierto desde la semana pasada, cuando los yihadistas tomaron el control de Palmira, días después de saquear y destruir la ciudad de Hatra, otro Patrimonio de la Humanidad en el Norte de Irak.