El inusual crucifijo está tallado en forma de la hoz y el martillo
Agencias
La Paz
El Papa Francisco llegó el miércoles a Bolivia desde Ecuador y fue recibido por el Presidente Evo Morales en el aeropuerto de La Paz, donde el Papa elogió a Bolivia por dar "pasos importantes" para incluir a los pobres y marginados en la vida política y económica del país más pobre de Sudamérica.
En su corta estancia, el Pontífice dio un discurso al pueblo boliviano y habló con el Presidente Morales, quien decidió regalarle un inusual crucifijo tallado con la hoz y el martillo.
Morales, el primer Presidente indígena de Bolivia, ha chocado conla Iglesia Católica local al tomar varias iniciativas anticlericales, como una nueva constitución en 2009 que hizo del país, de mayoría católica, un estado secular. En cuanto Morales asumió el cargo en 2006,la Biblia y la cruz fueron retiradas del Palacio presidencial. Y en las ceremonias oficiales del Estado, los ritos andinos sustituyeron a los católicos.
En su discurso, Francisco señaló que la fe católica arraigó en Bolivia hace siglos y ha seguido iluminando a la sociedad, contribuyendo al desarrollo de la nación y dando forma a su cultura.
"La voz de los pastores, que tiene que ser profética, habla a la sociedad en nombre de la Madre Iglesia, desde su opción preferencial y evangélica por estos últimos", afirmó.
El Presidente ofreció entonces un inusual regalo a Francisco: un crucifijo tallado con la hoz y el martillo, el símbolo comunista que alude a la unión de los trabajadores.
Aunque a Morales se le conoce por su postura anticapitalista, este regalo con trascendencia ideológica tenía en realidad una historia muy personal: un sacerdote jesuita asesinado por el régimen militar boliviano en 1980, el padre Luis Espinal, llevaba un crucifijo idéntico.