AGENCIA
Sumido en una tragedia permanente, el pueblo de Haití ha respondido fiel durante siglos al llamado de sus ancestros. “Tened la piel curtida”, clama entre sus estrofas La Dessalinienne, el himno nacional de este país.
Y los haitianos no sólo tienen curtida la piel, también el alma, ante desastres naturales que a cada tanto le arrancan la belleza a la isla caribeña, la más pobre de América Latina. Sólo han pasado seis años desde que el terremoto de 2010 sacudió Puerto Príncipe y ocasionó la muerte de 300 mil personas, además de reducir a ruinas la capital del país.