17 de Mayo de 2024

Repudio a amenaza represiva de Trump

  • Se dan protestas en 140 urbes

AGENCIAS

NUEVA YORK

El estallido de furia nacional se expresa ahora en más de 140 ciudades, donde miles desafían amenazas de represión militar, toques de queda y fuerzas policiacas, y aunque las imágenes más dramáticas son las de saqueos y confrontación con autoridades, la mayoría de las protestas contra la violencia oficial racista son pacíficas, repletas de encuentros solidarios en un país azotado por una pandemia y la peor crisis económica en casi un siglo.

La respuesta de Donald Trump sólo ha avivado la furia por su amenaza, el lunes, de desplegar a las fuerzas militares contra sus ciudadanos para aplastar las expresiones disidentes masivas en el país, algo que provocó no sólo denuncias de sus opositores políticos, sino incluso de líderes religiosos y hasta de comandantes militares retirados.

El ex jefe del estado mayor Martin Dempsey publicó en un tuit: Estados Unidos no es un campo de batalla. Nuestros conciudadanos no son el enemigo. El general retirado Tony Thomas, ex jefe del Comando de Operaciones Especiales, también criticó la orden de Trump, cuestionando su retórica sobre represión al afirmar: “no es lo que Estados Unidos necesita escuchar… nunca, a menos de que seamos invadidos por un adversario o suframos un fracaso constitucional, o sea, una guerra civil”.

Después de ordenar la represión de cientos de manifestantes pacíficos a una cuadra de la Casa Blanca por fuerzas federales y hasta un helicóptero Blackhawk, y despejar esa zona para que el presidente pudiera caminar y posar con una Biblia en frente de una iglesia, contra los deseos de los encargados de ese templo, Trump decidió ayer presentarse en la Capilla Nacional de San Juan Pablo II. El arzobispo católico de Washington, Wilton Gregory, deploró la visita que viola nuestros principios religiosos y en referencia al acto del lunes, recordó que el papa Juan Pablo II no hubiera avalado el uso de gas lacrimógeno y otros actos disuasivos para silenciar, dispersar o intimidar a manifestantes “para lograr un photo op para el presidente”.

Las cúpulas políticas no tienen respuesta por ahora a la ira –acumulada durante años por las injusticias raciales sistémicas– detonada por el asesinato del afroestadunidense George Floyd a manos de un policía blanco que colocó una rodilla sobre su cuello hasta asfixiarlo en Minneapolis, hace más de una semana.

Pero muchos están denunciando la respuesta de Trump, incluso algunos senadores que se atrevieron a usar las palabras fascista y dictador.

El ex vicepresidente Joe Biden, virtual candidato presidencial demócrata, denunció las respuestas de Trump al declarar que el presidente de Estados Unidos debe ser parte de la solución, no el problema. El mandatario es hoy parte del problema y lo acelera.

Algunos republicanos y destacadas figuras conservadoras como el columnista George Will se atrevieron a expresar su desacuerdo con las declaraciones de Trump, incluido el ex presidente George W. Bush, quien comentó que hay un camino mejor: el de la empatía.

En Washington, fuerzas militares se desplegaron en varios puntos de la ciudad con vehículos de guerra Humvee y efectivos en camuflaje portando armas de alto poder. Sin embargo, las protestas continuaron a una cuadra de la Casa Blanca.