*A pesar de la pandemia, familias tuxpeñas están listas para quemar el “viejo”
Liz Martínez
Tuxpan
Debido a la honda crisis que se ha padecido, la más aguda que han experimentado los ciudadanos, la elaboración de las cenas para la Noche Vieja serán muy diferentes a otros años, pero las familias buscan preservar la alegría de la convivencia, la cercanía y la unión, a pesar de que la pandemia generó que se tuvieran que alejar quienes forman parte del sector vulnerable, pero afirmaron que no dejarán pasar la ocasión para tener la cena tradicional para despedir el año y hasta quemar al "viejo".
Muchos indicaron que esperan con ansias el momento en que se le prende fuego al muñeco que suelen elaborar con retazos, ropa vieja y hasta recuerdos o papel que no se ocupe y se desee eliminar, ya que, con el fuego que irá devorando al que representa el año que concluye, con el tronar de la pirotecnia se enciende la esperanza de tener mejores momentos en los siguientes 365 días que están por venir, pero las autoridades han sido insistentes en pedir que se tomen todas las precauciones debidas para evitar accidentes y hasta mutilaciones.
El señor Jorge Ramírez refirió que a pesar de que habrá pocos alimentos en la mesa, no puede faltar la quema del viejo se ha ido pasando de generación en generación, por lo que ahora son los pequeños de la casa los que continúan elaborando el muñeco de trapo, el cual además de iluminar las miradas de los niños, divierte y da un rato agradable de convivencia familiar.
En varias casas ya fue sentado “el viejo” en el patio o en la puerta de la entrada en una silla donde en sus manos hechas de cartón lleva el mensaje de que faltan unas cuantas horas para que sea encendido por los mayores de la casa, por aquellos que iniciaron la tradición de armarlo para ser quemado la noche del 31 de diciembre y así con ello despedir el año.