29 de Marzo de 2024

Relevos políticos

Por Ángel Álvaro Peña

La recta final del sexenio requiere especial atención en el desarrollo político de México. La proximidad de las elecciones, con un proceso de debate comercial con países socios que pareciera estancarse, y una de las más notorias diferencias sociales a lo largo y ancho del país, la tarea del nuevo titular de Gobernación debe ser eminentemente política.

Tomando en cuenta la experiencia de Alfonso Navarrete Prida sabemos que no llega a improvisar como otros Secretarios de Estado en la actual administración lo admitieron. Hombre probado en la propia dependencia durante el periodo en el que fungió como titular, el Dr. Jorge Carpizo, hombre de letras y político de tiempo completo. También trabajó en la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Procuraduría General de la República, instituciones aparentemente antagónicas que pueden complementarse en el momento en que se actúe de acuerdo con los principios de cada una de ellas.

Debe mencionarse el trabajo que el titular de la Subsecretaría de Derechos Humanos realizó, quien hizo una excelente labor en el Mecanismo de Protección a Periodistas, y seguramente hará una gran tarea en la Secretaría del Trabajo. 

México vive momentos en los que el mundo entero voltea a ver una realidad diferente, luego de la realización de las reformas estructurales, cuyas ventajas todavía no se advierten en la población para bien, sino todo lo contrario, la mayoría de los países quiere saber qué sucede en México.

De hecho, se habla, sin que se haya comprobado, que en Rusia hay tanto interés en las elecciones mexicanas del 1 de julio, que están tratando de influir en los resultados.

Bastaría con que enviaran observadores imparciales en la jornada electoral, que buena falta hacen.

México tiene en este momento un vecino que podría afectar la economía del país de manera severa; sin embargo, la mejor manera de enfrentar este tipo de problemas es con una cohesión social que debe planearse desde ahora y que las elecciones y sus resultados no dividan a los mexicanos sino todo lo contrario.

Los políticos gobiernan con todos y para todos. Esa es la clave de la democracia actual, porque nuestra democracia representativa exige a quienes tienen un cargo público escuchar. Y escuchar es el primer paso para que la sociedad de nuestro país esté unida más allá de las elecciones y sus resultados.

México es un país que inventa divisiones entre sus habitantes más que ningún otro. Hay divisiones que se convierten en enfrentamientos, a veces teorías, a veces verbales, pero otras veces físicos y que tienen que ver con consignas poco sólidas.

En México hay enfrentamientos y divisiones hasta por la preferencia de los equipos de futbol; en nuestro país, como en pocos, hay diferencia entre jóvenes y viejos, se discrimina a los morenos, a pesar de nuestro origen, se desdeña a quienes son obesos, se margina a la gente de baja estatura. Y se dividen en colonias, en posturas políticas, en segmentos de la sociedad diferentes que en lugar de complementarse se repelen.

México tiene muchas divisiones, pero la única real es la desigualdad económica.

Todas esas divisiones, enfrentamientos y desigualdades exigen de una política social que emana de la Secretaría de Gobernación, como la encargada de la equidad entre los mexicanos, debe procurar acortar las desigualdades e impulsar la unidad más allá del color de la piel, la religión o el equipo de futbol de su preferencia.

Es una labor titánica pero urgentemente necesaria, más aún cuando como prólogo a estas elecciones hay discursos muy agresivos, posturas antagónicas, frases violentas y una guerra sucia preelectoral que la propia Secretaría de Gobernación debe sancionar e impedir.

Ante este panorama que anuncia violencia entre los partidarios de las diferentes vertientes de políticos en la competencia por cargos de elección popular debe surgir, con la experiencia y capacidad de Navarrete Prida, una voz de unidad, de equidad en todos los aspectos. De hermandad.

La política interna de México tiene tantas atribuciones que ha dejado de lado la necesidad de acortar distancias entre los mexicanos, una tarea fundamental en el ejercicio político. Deben evitarse los enfrentamientos, que los hay en diferentes estratos y en diversas zonas del territorio nacional. Esto arroja la necesidad de unificar, de crear diagnósticos de violencia y proyectos para evitarla.

Las elecciones del 1 de julio serán la prueba de fuego para el gobierno y para la sociedad, de la manera en que acepten la derrota y la victoria dependerá la paz social, pero si antes que la herida se abra se evita, puede haber unas elecciones ejemplares, donde los ciudadanos identifiquen la diferencia entre una provocación y un enfrentamiento y en ambos casos haya tranquilidad.

Así, las tareas que se desprenden de la Secretaría de Gobernación vienen a definir el futuro del país, gane quien gane en las urnas. Para lograr que la sociedad no se desestabilice con el triunfo o derrota de sus partidarios, el trabajo en la dependencia debe empezar hoy para armonizar o, por lo menos, evitar enfrentamientos que desborden los ánimos, para evitar la violencia que las impugnaciones pueden provocar. Pero si no hay dudas ni chanchullos, no habrá impugnaciones, por lo tanto, debe cuidarse, recomendarse, sugerirse a los partidos, todos sin excepción, que se actúe conforme a la ley en la jornada electoral, antes y después de su duración. Que se vigile el voto de todos los partidos y de todos los candidatos sin excepción como si fueran propios, porque cada sufragio emitido es de todos los mexicanos, porque con ellos la democracia se consolida.

Defender el voto en una sociedad con gobernados y gobernantes civilizados, es responsabilidad de todos y no sólo puede protegerse el voto a favor del partido al que se pertenece o por el que se simpatiza.

Sabemos que Navarrete Prida no es ningún improvisado, que conoce perfectamente su responsabilidad al frente de una de las Secretarías de mayor importancia en la política nacional, todos los mexicanos estamos atentos al suceder de sus decisiones, declaraciones y acciones. De su actuación dependerá nuestra paz social, la legitimidad de los triunfadores en las urnas y la consolidación de nuestra democracia.