19 de Abril de 2024

INE castiga la austeridad

Por Ángel Álvaro Peña

Los resultados de la contienda electoral del 1 de julio dejaron pasmados al organismo que coordina los comicios y sufren una parálisis que todavía no pueden superar.

El Instituto Nacional Electoral estaba preparado para otro resultado. Su práctica desde hace más de 20 años. Los primeros resultados de la votación crearon huecos informativos que acusaban dudas.

Los consejeros no sabían qué hacer, como tampoco saben qué hacer ahora.

Los concursantes de las votaciones debieron salir a hacer el trabajo del INE. Con todo y pena, uno y otro de los candidatos perdedores a la Presidencia de la República anunciaron al ganador. Tarea que originalmente le correspondía al INE, pero los consejeros estaban pasmados. Boquiabiertos, patidifusos, dejaron que los concursantes expresaran su derrota y nombraran presidente a quien tanto habían atacado.

Desde ese momento los consejeros electorales no han sabido qué hacer. Se les ve como extraviados. Sus funciones originales derivaron en una simple cadena de multas a los partidos, de las que no han podido deshacerse desde hace mes y medio.

Inventan multas que no tienen sustento legal, cobran pero no les pagan, quieren regañar  a un candidato y los presionan para que paguen 20 millones de pesos por adeudos a proveedores de su campaña y con quienes fueron representantes de casilla en el proceso electoral, pero El Bronco no les hace caso.

La autoridad electoral ha dejado de serlo y la culpa la tienen sus consejeros electorales que nunca actuaron de acuerdo las reglas sino que obedecieron las consignas de los partidos que los patrocinaron. De ahí que sea necesario cambiar el método para elegir a los consejeros porque si dependen de los legisladores, estos pertenecen, forzosamente aun partido político en su gran mayoría, y los consejeros electos deben pagar facturas a quienes los erigieron coordinadores electorales.

La estructura del actual INE debe renovarse cuanto antes, empezando por la manera de elegir a los consejeros. Los que ahora padecemos han engordado la nómina de los partidos políticos para tener contentos a todos los grupos de presión en el país y la apertura de las candidaturas independientes sólo sirvieron para fortalecer intereses y no para darle solidez a la democracia.

La representación para los actuales consejeros electorales también está extraviada y como todavía no se han repuesto del susto que les produjo el resultado de las elecciones siguen sosteniendo registros de partidos que no representan a nadie. Han sido incapaces, incluso, de hacerles conciencia a los partidos que antes fueron fuertes de que ahora son minoritarios, a grado tal que no pueden exigir transformaciones a una legislatura que todavía no inicia desde unas cuantas curules sin consenso social.

Los partidos políticos tienen más representantes que representados. El abanico de ideas políticas y sociales está rebasado. No hay definición en los programas de acción y la fusión de estatutos se convierte en confusión. Es necesario deshacerse de más de dos partidos que no representan a nadie, que se repiten en sus consignas y sólo sirven para chantajear en las decisiones reñidas del Congreso. No son contrapeso sino producto de intereses que arrojan más chantaje y prerrogativas que trabajo legislativo honesto.

El INE pareciera seguir una inercia que se rompió el 1 de julio, de ahí su parálisis. En su afán por reprimir a los partidos políticos sin distingo, a los consejeros nunca se les ocurrió mostrar un mapa de los gastos de cada partido de cada candidato, de cada coalición.

Morena en su campaña presidencial fue el partido que gastó menos dinero, el que se sujetó a las prerrogativas entregadas sin rebasar el tope de campaña, pero además fue el candidato que más kilómetros recorrió a lo largo y ancho del país. La austeridad debió ser señalada y debió servir de guía para que los consejeros electorales reconsideraran los presupuestos otorgados a los candidatos en campaña, fortaleciendo una partidocracia que se convierte en casino a la hora de las elecciones.

El candidato que más dinero gastó fue Ricardo Anaya y el que menos kilómetros recorrió. Su campaña fue una especie de videojuego en el que las redes sociales sustituían el contacto con la gente. Incluso en uno de los debates propuso otorgarles celulares a los campesinos que carecieran de ellos, como si esto sirviera para mejorar la productividad del campo.

Otro de los ejemplos de austeridad y que debe ser una señal de alerta para los nuevos consejeros electorales, es el hecho de que en estados como Veracruz, donde el INE fue incapaz de poner un alto a ese intento de monarquía, donde se corrió el riesgo de heredar el poder, los gastos de campaña del candidato de Morena a la gubernatura se ajustaron a lo otorgado por la autoridad electoral; en cambio, la campaña de Yunes Márquez debió tomar prestado de las arcas del presupuesto de la entidad para sacar adelante una candidatura que había nacido muerta por su semejanza a la dinastía y su alejamiento de la democracia.

Estos factores que deben tomar ahora en cuenta los consejeros del INE no son antecedentes valiosos a la hora de imponer multas que es ahora su única actividad, luego de ser rebasados en la organización de las elecciones y el conteo de los votos.

El INE avaló en días pasados sanciones a candidatos y partidos políticos que participaron en el proceso comicial por 872.6 millones de pesos, por irregularidades en la fiscalización de ingresos y gastos de campaña.

Dichos dictámenes se remitirán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el objetivo de revisarlos y avalarlos, se califique y valide la elección federal.

Por si esto fuera poco el INE recibirá en los próximos días un revés al darse a conocer el fallo de la Fepade respecto a la multa de 197 millones de pesos que le trató de imponer a Morena por una confusión de cuentas mal intencionada de los propios consejeros. El pretexto fue una supuesta operación irregular del fideicomiso que aseguran fue creado por el partido, cuando en realidad está conformado por particulares.

Con 10 votos a favor y uno en contra, el Consejo General del INE multó a Morena. La Fepade no tarda en dar un fallo a favor de Morena y dejar en ridículo a 10 de los 11 consejeros del INE. Esos consejeros deben empezar a hacer maletas.

PEGA Y CORRE.- Ante la presión de los veracruzanos y de Morena, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares anunció que no presentará una propuesta para las 12 vacantes de magistrados del Poder Judicial y cedió el nombramiento al próximo gobernador Cuitláhuac García.