20 de Abril de 2024

Graves fallas de seguridad

*El 22 de mayo de 2017, un británico de origen libio, detonó una bomba en la salida de esa sala tras una actuación de la estrella del pop Ariana Grande   

Agencias

Ciudad de México

Una investigación judicial británica señaló graves fallos" y "serias deficiencias" en el servicio de seguridad del Manchester Arena, el estadio donde en 2007 fue perpetrado un atentado que mató a 22 personas tras un concierto de Ariana Grande.

El 22 de mayo de 2017, un británico de origen libio, Salman Abedi, de 22 años, detonó una bomba en la salida de esa sala tras una actuación de la estrella del pop estadounidense, matando a 7 menores y 15 adultos e hiriendo a un centenar de personas.

"Abedi debería haber sido identificado el 22 de mayo de 2017 como una amenaza por los responsables de la seguridad del Arena, que deberían haber emprendido una respuesta rápida", concluye en su informe el presidente de la investigación, John Saunders.

"Si esto hubiera ocurrido, probablemente Salman Abedi habría detonado igualmente su artefacto, pero es muy probable que la pérdida de vidas y los heridos hubieran sido menores", señaló, recordando que "sólo una de las 22 personas fallecidas" había salido ya del local 15 minutos antes del atentado.

La investigación se centró en la actuación del operador del estadio SMG, su proveedor de seguridad Showsec y la policía de transportes británica, que patrullaba la zona adyacente a la estación de tren Manchester Victoria.

Saunders considera a estos tres organismos "principales responsables" de una "serie de oportunidades desaprovechadas" para detener al autor del atentado.

Por ejemplo, un agente de la policía de transportes británica debía estar presente al final del espectáculo en el vestíbulo del Arena, donde estalló la bomba, pero no había nadie.

Un guardia de seguridad de Showsec, que tenía 18 años en ese momento, afirmó durante la investigación haber tenido "mal presentimiento" cuando vio a Abedi cinco minutos antes del ataque, pero que no lo abordó por miedo a ser considerado racista. Sin embargo, intentó advertir por radio a la sala de control, sin conseguirlo.

Una persona del público también había señalado al atacante a los servicios de seguridad unos 15 minutos antes de la explosión.

El hermano del suicida, Hashem Abedi, fue condenado a cadena perpetua el año pasado por desempeñar un "papel clave" en el atentado, cuya víctima más joven tenía ocho años.