Padres no predican con el ejemplo
Combatir el acoso escolar es un trabajo conjunto entre escuelas, padres y alumnos
MA. CELIA ÁLVAREZ
Tuxpan
La violencia y el acoso escolar o Bullying en las escuelas es un problema multifactorial derivado de la poca tolerancia o frustración que experimentan los jóvenes, esto debido a que no saben canalizar sus impulsos agresivos y los transforman en actitudes nocivas hacía sus compañeros, indicó Narciso Fernández González, coordinador del Área de Psicología y del Programa de Atención a Menores y Adolescentes del DIF Tuxpan.
Sin embargo, dijo, esta predisposición a la violencia tiene siempre un trasfondo, entre lo que destaca un ambiente de violencia verbal, psicológica o física, lo cual se pudo haber presenciado dentro de los primeros cinco años de vida, etapa fundamental en la formación del sujeto, “cuando una persona en este lapso se nutre de cualquier tipo de violencia, sin duda habrá consecuencias”, aseguró.
Mencionó también sobre las diferencias entre los padres autoritarios y estrictos de generaciones atrás y la nueva generación de papás cuya idea es educar a sus hijos con amor y disciplina, sin embargo ejercen una mala administración de ésta, ya que al querer regular los malos comportamientos, no les dan seguimiento o experimentan sentimiento de culpa al ver que su hijo “sufre” a causa de alguna sanción asignada.
Lamentablemente dijo, los padres de familia no predican con el ejemplo, puesto que acostumbran pelear, discutir o lanzar golpes mientras el niño juega, ve y escucha esos problemas, y son esos pequeños detalles de la vida los que se reflejan posteriormente en su conducta y personalidad.
“Los niños se nutren de lo que ven, y aunque el buen ejemplo no es la ‘receta mágica’, es importante tener la conciencia de que como padres hemos hecho todo lo que estuvo en nuestras manos para fortalecer a los hijos y ayudarlos a adquirir las habilidades que necesitan para la vida”, enfatizó el especialista en Psicología.
Dejó en claro que el acoso escolar o Bullying se puede prevenir y combatir mediante un trabajo conjunto entre escuelas, padres de familia, los niños y jóvenes, de manera que puedan ir todos en la misma dirección, para forjar jóvenes y adultos mentalmente saludables.
Destacó la importancia de dedicarles tiempo a los hijos, no en cantidad sino en calidad y tener con ellos una comunicación real, conversaciones profundas y afectuosas que incluyan contacto visual y físico.
Señaló que en el DIF cuentan con un área de atención preventiva y programas de prevención de la violencia que desarrollan en vinculación con la SEV, visitando las escuelas e impartiendo talleres para enseñarles a los niños y adolescentes, mediante pláticas y juegos, lo que es la tolerancia y el respeto, finalizó.
