22 de Septiembre de 2024

Temen que sus hijos caigan en adicciones

Cuando abandonan la niñez, los hijos son susceptibles de este riesgo

Progenitores deben volver a fomentar valores, dar buen ejemplo y aprender estrategias para detectar y prevenir conductas nocivas

MA. CELIA ÁLVAREZ

Tuxpan

 

Los padres temen que sus hijos incurran en adicciones durante la etapa en que abandonan la niñez y entran a la adolescencia, con el grado de independencia que ésta les confiere a la hora de elegir entre las nuevas opciones de disfrute que les presenta la vida, confirmó Narciso Fernández González, Coordinador del Área de Psicología y del Programa de Atención a Menores y Adolescentes del DIF.

Fernández González aseguró que durante ese período de incertidumbre, los jefes de familia deben aprender estrategias para detectar y prevenir malos hábitos, pero sin caer en el exceso de pretender controlarlos todo el tiempo o estarlos irritando con frecuentes interrogatorios.

La prevención es un aspecto importante para contrarrestar este factor de riesgo y hacer énfasis en que, por principio de cuentas, los padres de familia deben procurar mantener en todo momento una eficaz comunicación con sus hijos, sin suponer que ya conocen los peligros a los que éstos se enfrentan, y asimismo que ellos no piensen que lo saben todo y se nieguen a escuchar consejos, puesto que a esa edad no dimensionan el problema en que se halla inmerso un adicto que ya presenta síntomas de dependencia y cuyo entorno social, laboral y familiar está destruido.

Señaló que algunos padres olvidan que también fueron adolescentes y al convertirse en jefes de familia suelen asumir el rol de jueces, determinando sin motivos que su hijo está actuando extraño e incomodándolo con demasiadas preguntas y actitudes de control. Sugiere el especialista que lo pertinente es la vertiente de la prevención y añade que en este sentido el DIF ofrece talleres dinámicos para padres e hijos, de modo que los primeros puedan aprender estrategias para detectar, prevenir y atender oportunamente a sus descendientes.

Hizo hincapié en que otro aspecto crucial es fortalecer la personalidad del joven, ayudarlo a que en esa etapa de inseguridad y baja autoestima, en que está sometido a mucha presión de grupo, se sienta querido y aceptado en su casa, pues de esa manera será más difícil que llegue a caer en la tentación de probar sustancias perjudiciales. Al sentirse amado y seguro de sí mismo, asevera, es más probable que si alguien se le acerca con la intención de invitarlo a probar algo indebido pueda decirle: “No, gracias”.

Para finalizar, el especialista en salud mental insistió en la necesidad de fortalecer a la familia y nutrirla con gestos de cariño. “Tenemos que volver a las raíces, a los valores y predicar con el ejemplo; si a mi pareja y a mi hijo les digo ‘te quiero’, ellos podrán también expresar su afecto. En generaciones más maduras, que han crecido en entornos muy disciplinados, no existe la costumbre de decir “te amo” a la pareja o los hijos, y esto debería ser una conducta muy natural, para reforzar el afecto en el hogar”, concluyó.