22 de Septiembre de 2024

Obispos contra la corrupción

 

Recordaron a la vez que desde hace cinco años, en el mensaje “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga vida digna”, los obispos afirmaban que la corrupción es una forma de violencia que, “al inocularse en las estructuras de servicio público, se transforma en delincuencia organizada, ya que de manera descarada se impone ‘la mordida’ como condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito”.

Expresaron que para hacer frente a este gravísimo mal se requieren múltiples acciones conjuntas. Entre ellas, la reforma de leyes y la creación de instituciones que, de forma integral, coordinada y en tiempo real, prevengan, identifiquen, investiguen y modifiquen situaciones o condiciones que propicien la corrupción, sancionen oportunamente a los corruptos y hagan realidad el resarcimiento de los daños causados.

En este sentido, los obispos consideraron que es necesario que las posibles reformas constitucionales y legales susciten un Sistema Nacional Anticorrupción, conformado por organismos autónomos que, gozando de independencia, profesionalismo, confiabilidad, facultades y recursos, incluyan en su rango de acción a todos los Órganos del Estado a nivel federal, estatal y municipal, sin olvidar a los poderes judiciales federal y locales, así como a los órganos constitucionales autónomos.

Pidieron que no quede fuera de esa reforma la revisión del “fuero” del que gozan algunos servidores públicos y que podría hacer naufragar el sistema entero si es utilizado como “escudo” de impunidad.

Su solicitud fue dirigida a que también debe replantearse la figura del “juicio político” tanto en sus sujetos como en los supuestos que lo pueden originar, ya que actualmente existe demasiada discrecionalidad y laxitud.

Se consideró indispensable que el combate a la corrupción no sea usado con fines de persecución política o de revancha mediática. Cualquier acto de corrupción amerita por sí mismo todo el peso de la ley.

También pidieron a los legisladores, a los diversos órdenes de gobierno y a los partidos políticos un decidido y eficaz compromiso en la lucha contra la corrupción, que provoca innumerables males y pone en riesgo la confianza, valor fundamental para una convivencia pacífica y para el progreso. “La gravedad del problema exige soluciones de fondo e inmediatas y no ‘maquillajes’ que ya no engañan a nadie y sólo exacerban los ánimos”.

Para los representantes del catolicismo, la deuda con la Nación está manifiesta y la sociedad necesita recuperar la confianza en aquellos en quienes ha depositado una responsabilidad institucional, en bien de México.

 

Al término del comunicado expresaron: “Que Santa María de Guadalupe interceda por todos los mexicanos, autoridades y pueblo, para que Dios nos conceda la inteligencia, la sabiduría y la valentía de construir juntos un México mejor”.