Subrayó que el incremento en el cierre de empresas ha repercutido en un aumento del número de demandas por despido injustificado, correspondiendo a los patrones acreditar insolvencia y a los empleados presentar pruebas de que, efectivamente, fueron despedidos sin motivo, porque se dan casos en que éstos dejan de presentarse en su lugar de trabajo o llegan en estado de ebriedad, y en esas circunstancias sí hay razón para que sean dados de baja.
Agregó que en principio intentan resolver esta clase de asuntos por medio de la conciliación, es decir, se cita a ambas partes para que lleguen a un arreglo en buenos términos, pero si los casos no pueden solucionarse por esa vía, se llevan a juicio, lo cual ocurre en el 40 por ciento de las ocasiones, y deben ser aportadas las pruebas pertinentes para llegar a una conclusión.
Señaló por último que se han declarado en bancarrota desde negocios bien constituidos, como restaurantes o empresas contratistas de PEMEX, hasta tienditas modestas, acudiendo en cualquier caso los trabajadores despedidos a este ente neutral, en búsqueda del pago de sus prestaciones laborales.
