23 de Septiembre de 2024

Ancianos, en el desamparo

 

La funcionaria añadió que en esta época lo habitual es que ambos cónyuges trabajen y sus hijos vayan a la escuela, situación que deja a los abuelitos relegados de la actividad  cotidiana,  y confinados en la soledad del hogar, por lo que va decayendo su ánimo, a la par que sus condiciones de salud.

Afirmó que a las oficinas del DIF llegan adultos en plenitud que manifiestan sentirse deprimidos o externando carencias para adquirir medicamentos e incluso algunos con necesidad de asesoría jurídica, en casos como, por ejemplo, cuando sus hijos quieren despojarlos de alguna casa o terreno, y en ese organismo asistencial son canalizados al área respectiva, de modo que puedan solucionar sus problemas.

 

De igual modo, aseveró Claudia Corres, se les integra a clubes de personas de la tercera edad donde pueden establecer vínculos fraternales con otros ancianos, para que no se sientan solos y realicen actividades que les permitan animarse, como las clases de yoga o activaciones físicas en que participan semanalmente, en el Parque Reforma; ejercicios de gimnasia cerebral, paseos y otras ocupaciones que puedan realizar en equipo, en un ambiente de cordialidad que les devuelva la alegría y jovialidad, porque en esa etapa son capaces de sentirse otra vez tan dichosos como los niños, finalizó.