Cuando estaba en pleno auge la Segunda Guerra Mundial, era tal la producción en mar y laguna que no había dónde colocar tanta mercancía, hasta que se estableció en Tamiahua una empacadora que recibía 200 toneladas de pescado cada tercer día, trabajando día y noche para enviar a Tampico los cargamentos que, de ahí, partían hacia el extranjero, rememoró.