24 de Septiembre de 2024

Lágrimas y recuerdos

 

El señor José Francisco Vera llegó con su esposa María Isabel a las siete de la mañana, provistos de escoba, cubeta, machete y otros implementos para dejar linda y aseada la tumba donde, desde la década de los 80 del siglo anterior, descansa su mamita junto con otros parientes. Igualmente llegó temprano la señora Ávila, quien le pagó a una persona para barrer los montones de hojas que tapizaban el mausoleo familiar y colocar ramos de flores naturales.

Doña María del Pilar Hernández lamentó que en algunas partes esté crecida la maleza porque “da hasta miedo que haya culebras, está muy abandonado”. Por su parte, la señora Bella Cabrera explicó que le paga a una persona para que cada mes asee el sepulcro de su mamá y cambie el agua de los floreros, según los lineamientos de las autoridades sanitarias. Después se quedó sentada sobre el sepulcro, disfrutando la paz que, aseguró, se respira en el cementerio.