La también Educadora de la Salud explicó que los niños que empiezan a caminar, como tienen una visión reducida, al levantarse rápidamente no se dan cuenta de si hay algún borde o esquina de un mueble que pueda lastimarlos, por lo cual hay que cubrir preventivamente esos puntos de riesgo con hule espuma, además de mantener a los menores alejados de las escaleras y de la cocina, donde podrían exponerse a caídas o bien a algún accidente con el fuego u objetos cortantes.
Otro punto importante es disponer lugares específicos donde puedan jugar sin riesgo, procurándoles elementos útiles como colchonetas, y vigilar que cuando jueguen a las “luchitas”, no lo hagan bruscamente ni intercambien golpes en la cara, la cabeza o en partes blandas, porque podrían lastimarse. Un accidente frecuente, concluyó, es que los padres utilizan envases de refresco para guardar líquidos como cloro, limpiadores u otras sustancias tóxicas, aconsejando mantener dichos recipientes fuera del alcance de los menores para prevenir que puedan confundir el contenido con un refresco e intoxicarse.
