“El que a veces lo manda a chapear es el vecino de junto, porque ya dos veces desde ahí se le metieron a robar en su casa”, indicaron, añadiendo que solicitan que las autoridades correspondientes le llamen la atención a la dueña del predio y la conminen a que o bien lo mantenga limpio o lo venda a alguien que sí esté dispuesto a mantenerlo en buenas condiciones, para no seguir ocasionando perjuicios al vecindario.
Una señora del rumbo afirmó temer a las nubes de mosquitos que allí e forman, debido a que no son insectos negros como los comunes, sino muy pequeños y de color café amarillento, temiendo que ocasionen alguna enfermedad, y repudió también el hedor que emana del predio y se adentra por las ventanas de las casas, en especial en tardes calurosas, debido a que hay personas que se meten entre la maleza del baldío a hacer sus necesidades.
