Ello evidencia que aún no han logrado el cometido propuesto las autoridades e instituciones que insisten, y se afanan, en la necesidad de que la población realice un manejo responsable de la basura, ni han surtido efecto, tampoco, las reiteradas advertencias de que aquellas personas que sean sorprendidas arrojando sus desechos en lugares inapropiados, serán sancionadas.
Un punto en el que han insistido vecinos del lugar, preocupados por la costumbre reincidente de tirar basura, escombro y toda clase de objetos al estero, es en la necesidad de que en las escuelas se refuerce la educación de niños y jóvenes en materia de civismo a la hora de deshacerse de la basura, para que las nuevas generaciones sean las que eduquen a sus mayores.
Así, afirman, podría romperse la cadena de malos hábitos que redundan en la contaminación del ambiente y, además, afean la ciudad y muestran una cara desagradable a los visitantes que cada vez llegan en mayor número, atraídos por la cercanía y atractivos que ofrece este Puerto, donde la aspiración de los ciudadanos conscientes es mostrar una imagen pulcra.
