Otro ejemplo es que, a modo de barrera viva, en la parte externa del cultivo se puede sembrar maíz, que es un muy buen atrayente de insectos, intercalando en medio de la hortaliza algunas franjas de la misma planta, para que los insectos ataquen a ésta primero y, de ese modo, poder defender de la plaga en cierta medida el producto hortícola, bien sea jitomate, chile, etcétera.
Como parte de este programa municipal, indicó, intentan que las familias aprendan a sembrar de una manera sana lo que consumen en su hogar, en una primera etapa, con la idea de que posteriormente puedan explotar comercialmente sus cultivos, en una segunda etapa. Esto se ha hecho ya en una decena de comunidades, entre ellas el ejido Alto Lucero, La Esperanza, Tampiquillo, Chalahuite e Higueral, en esta última con muy buen resultado.
Finalmente señaló que intentan aminorar en lo posible el uso de plaguicidas, debido a que está comprobado científicamente que son dañinos para la salud humana, propiciando el desarrollo de males graves como el cáncer, al mismo tiempo que afectan al medio ambiente, llegando a perjudicar a los peces, aves y demás fauna que habita en el entorno.
