En tal opinión coincide don Rafael Díaz, tuxpeño de la tercera edad, quien no comprende por qué las autoridades siguen permitiendo que los vehículos se adentren hasta la orilla del mar, incluso ahora cuando ahora viene una enorme cantidad de turistas, considerando que la situación representa un riesgo, en especial para los niños, además de que el ruido no permite que la gente pueda tumbarse a tomar sol o descansar tranquilamente en la franja de arena.
Proponen que en lo sucesivo se destine una zona de estacionamiento gratuito, “porque la playa es un lugar público”, de amplia capacidad, para que todos los automóviles de los visitantes puedan quedar bien resguardados mientras sus propietarios disfrutan el mar “como debe ser: verlo, escucharlo y poder relajarse a gusto, sin peligro”.
Por su parte, la señora Concepción, asidua visitante local del mar porteño, indicó que no lo ve mal porque “así estamos acostumbrados, siempre hemos ido a la playa y visto ahí los carros, de hecho se nos hace cómodo meterlos hasta la orilla del mar”, sin que ello haya sido causa de algún accidente. Su propuesta es que se permita seguir haciéndolo en un tramo de la playa y se prohíba en otro donde haya mayor afluencia de bañistas.
