Explicó que por tratarse de una zona federal, tendría que entrar en acción la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), junto con Salubridad, porque de otro modo el sector de los comerciantes informales podría dejar en entredicho al resto del gremio: “Si alguien se enferma del estómago, dirá que se enfermó por algo que comió en la playa, abarcando también a los comercios formales”.
Añadió que en incontables ocasiones han buscado solucionar el problema acudiendo al Delegado Regional de la SEMARNAT, “hemos platicado con él y siempre quedamos para una próxima reunión, pero no la hay”, aseveró, externando la propuesta de que sean rehabilitadas las dos “arañas” metálicas inutilizadas que se ubican en la zona de playa, y que en ellas se instale a los vendedores ambulantes de comida, para que ofrezcan ésta en las mejores condiciones de higiene a los turistas y bañistas locales.
Reiteró por último que en cada trámite que se intenta realizar con la SEMARNAT, “siempre hay alguna trabita”, no llegan los papeles y, de plano, es pérdida de tiempo tratar de solucionar ahí los problemas, como por ejemplo el que enfrenta una señora, de nombre Lola, que está entrando a la playa, quien acusa que gente de ahí mismo ya le tomó su frente, prácticamente, y por ello fue a quejarse ante la SEMARNAT, “pero no pasó nada”, concluyó.
