Dejó en claro que se debe estar “trabajando por la paz y educar el corazón para aprender a amar, si no nos convertimos en el amargado Caín que mata a su hermano y que sigue dañándose a sí mismo y a otros, más desde el Evangelio que desde ideologías”.
Es así que el señor Obispo Navarro Castellanos contempla una crisis social, espiritual y humanitaria al perderse los valores, la perspectiva, generándose desorientación al creer más en el dinero o el placer, con lo cual buscan atropellar a los demás, imperando crisis cultural, que requiere fortalecimiento en el tejido social para ir educando en todos los ámbitos de la sociedad.
