En esos casos, añaden, el precio ya pasa a otro rango y la persona tendría que recurrir a un crédito bancario para adquirir la vivienda, y éstos son excesivamente altos: aunque se habla de que van a bajar a una tasa de interés del 8.5 por ciento, actualmente están a 11 u 11.5 por ciento, dependiendo del banco, y a la vez la inseguridad respecto a un empleo o negocio estable, inspira temor en la gente de echarse un compromiso que no saben si podrán seguir cumpliendo a largo plazo.
Sólo están trabajando en el rubro algunas fraccionadoras pequeñas, ingenieros locales que compran un terrenito y hacen tres o cuatro casas que van acomodando, pero a nivel general, aseguran, nadie está construyendo nuevos fraccionamientos o áreas de viviendas, y ese déficit de casas-habitación se nota en que todos los departamentos están ocupados por gente que aspira a hacerse de una vivienda propia, cuando cambien las condiciones económicas.
