-Señala que es la propia población quien se encarga de dañar el cuerpo de agua de forma inconsciente
Por Mayra Rojas Santiago
El director del rastro municipal, Gonzalo Monroy García defendió los trabajos que se realizan en dicho lugar, indicando que lejos de contaminar el estero de Tenechaco, el personal que participa en la matanza de animales siempre está preocupado porque los desperdicios vallan al lugar adecuado, no así los pobladores del lugar quienes tiran desperdicios y conectan sus drenajes al cuerpo de agua.
“Existe la idea que el rastro contamina mucho el estero de Tenechaco, pero no es así, desde hace más de 10 años nosotros contamos con una pequeña planta tratadora que si bien no purifica al 100 por ciento el agua, tampoco representa un carga elevada de contaminación” explicó.
Monroy García indicó que pese a especulaciones que afirman que las vísceras son tiradas a la orilla del agua, dicho desperdicio es cargado en una pipa para ser llevado al relleno sanitario de la ciudad, donde no presenta riesgo de contaminar el agua o el viento.
Admitió que luego de ocuparse, el agua del rastro termina con un color negro, pero luego de pasar por la planta tratadora esta sale de color gris claro para ser enviada al estero.
José Manuel Aldana, encargado de la operación de la planta refirió que la función de la planta es purificar el agua lo más posible, siendo necesario que pasen por varios filtros, iniciando por una fosa que está en la salida del rastro, posteriormente a un cárcamo que bombea a los reactores, que manda el agua a la Ciénega y desemboca al estero.
