-Pese a tener ganas de superarse, la exclusión los frena
Por Liz Martínez
Desempeñarse laboralmente sigue siendo un martirio para quienes padecen una discapacidad, ya que empresarios continúan discriminándoles al momento de contratar a un empleado.
A decir de Antonio García Hernández, quien carece de la pierna derecha, el rechazo y olvido se notan desde las rampas de acceso, que a pesar de que son lugares exclusivos para estacionarse, no son respetados, “lo que significa que en México, no tenemos cultura para respetar a las personas discapacitadas, y hay mucha discriminación”.
Esta problemática orilla a quienes padecen amputaciones de extremidades superiores o inferiores a autoemplearse para conseguir dinero y ayudar a sus familiares, ya que aseguran sentirse útiles, es mucho mejor que pedir limosna para poder sobrevivir.
El entrevistado, que sobrevive con la venta de dulces, dijo que no tiene la pierna derecha debido a una complicación por su enfermedad de diabetes; explicó que a pesar de utilizar una férula, no le dieron trabajo, ni como taquero, ni empleado de mostrador, aunque alguna vez fue cerillo, pero ganaba muy poco.
“La discriminación nunca se va a acabar, pero la gente no sabe que todos estamos expuestos a un accidente y que la vida nos puede cambiar en unos minutos y que tanto las personas comunes como ellos pueden realizar un buen trabajo de oficina, no por faltarle a uno una pierna o un brazo, quiere decir que no seamos capaces de desempeñar otro tipo de labores”, expresó.
Finalmente destacó que algunos aun en silla de ruedas se autoemplean como auxiliares de acomodadores de autos, de los llamados “franeleros”; otros son taqueros, otros más boleros, poniendo el ejemplo a personas que piden limosna en las calles.
