-La celebración del Día del Niño Perdido se convirtió en un festejo popular
Por Liz Martínez
La Iglesia católica, sabedora que no sólo los laicos participan en el Día del Niño Perdido, exhorta a integrar la fe con la tradición, ya que ésta se ha convertido en una celebración del pueblo, explicó el vocero de la Diócesis de este lugar, el Párroco Humberto Arce Santiago.
Se tienen datos de la tradición desde el siglo XVIII, acto que correspondía a la evangelización que realizó el Fraile Junípero de Serra, basado en el pasaje bíblico Lucas 2:41-51, en que el Niño Dios se extravía de sus papás, aunque en realidad estuvo en la casa de su padre conversando con los sabios de ese entonces.
“Es una fiesta local para motivar el fervor del tuxpeño, porque andaba bajo el fervor e institucionalizó el Día del Niño Perdido y lo hizo en torno al día 7 de diciembre, que es de la Virgen Inmaculada”, por lo que previo a que se realice el recorrido, los padres en las iglesias hacen la bendición de los carritos y de las familias.
A las 19:00 horas inicia, en forma simultánea en toda la ciudad, el encendido de velitas, y en el Callejón del “Niño Perdido” las autoridades y un padre efectúan el acto oficial. Esta ceremonia se celebra principalmente en Tuxpan, Poza Rica y Cerro Azul.
